29 de diciembre de 2008

Deja Vu

De vuelta en Rio Grande, aca estamos luego de pasar la navidad en Ushuaia, la festejamos en el camping tranquilos, un pollito a la parrilla, coca cola, pan dulce, bueno no falto de nada, pareciamos normales y todo, jaja.
Salimos de Ushuaia el 25, otra vez a volver por el mismo camino que llegamos, solo hicimos un corto tramo ese dia hasta un rio antes del paso Garibaldi, habia bastante gente acampando y haciendo asado, se acostumbra mucho por aca, lamentablemente se cuida poco estos lugares y cuando se van dejan basura y los fuegos mal apagados.


Campamento en el río Tristen

Luego toco de vuelta hacer el tramo a la par del larguisimo Lago Fagnano y ahi si nos desviamos de la ruta principal por donde habiamos ido y nos fuimos por un camino de ripio que si bien era mas largo iba por una zona de bosques y ondulaciones en vez de la llana y desprotegida del viento ruta 3 que va a la par de la costa atlantica.

Ruta de las estancias

El camino muy bonito, estos bosques tienen un encanto muy particular, como yo lo habia pensado no tuvimos casi nada de viento aun yendo hacia el oeste, asi llegamos un lugar muy raro, el Lago Yehuin, hermoso espejo de agua justo en una zona en donde la estepa da paso a los Andes, en sus orillas estan las ruinas de lo que alguna vez fue una hermosa hosteria del gobierno de 30 habitaciones, un dia se acabo la concesion de esta y luego del abandono vino el saqueo y tambien el vandalismo, todo lo que se pudieron llevar y romper lo hicieron, hasta los marcos de las puertas, chapas de los techos, vidrios rotos por todo el suelo y mucha mucha basura de quienes utilizaron este lugar desde entonces para venir a acampar o a pasar el dia, no solo basura desparramada, sino hasta algunos descerebrados que se toman la molestia de poner la basura en bolsas bien cerradas y todo, el problema es que las dejan ahi como si alguien las fuera a recojer, bueno en fin, cuando llegamos ahi era temprano aun pero decidimos quedarnos por que el tiempo se puso bastante feo, hubieron un par de tormentas bien fuertes, una con granizo y todo, asi que acampamos primero en una bonita habitacion con vista al lago, pero cuando empezo a llover y aparecieron un monton de goteras nos mudamos a lo que fue la cocina donde no pudieron sacar las chapas del techo, a la tarde se puso lindo el dia y aparecio una gran familia a pasar un rato y nos convidaron un poco de asado y antes de irse nos dejaron un monton de carene que habia sobrado, coca cola y todo, asi que de lujo nuestra estadia en el hotel, jajja.


Lago Yehuin
Al dia siguiente salimos temprano en lo que suponiamos iba a ser un dia de viento de lado pero por suerte algo raro paso y el viento soplaba bastante del sur, asi que nos ayudo mucho cuando el camino viro definitivamente al norte en su camino a Rio Grande, era domingo y el desfile de autos de familias que iban a acampar y hacer asado en estos magicos bosques de la estepa, muchisimos, a la par del camino hay cantidad de carteles que dicen prohibido acampar, hacer fuego, etc, son de las propiedades de los estancieros, la gente igual no hace caso y se pasa del otro lado del alambrado y hacen lo que quieren, a mi me parece perfecto que se haga esto que es una costumbre muy sana de pasar el tiempo libre en familia, pero cuando uno ve la basura que junto con los fogones mal apagados algunos dejan, no todos, se entiende perfecto el resentimiento de los estancieros, da bronca todo esto por que la diferencia entre hacer las cosas bien y mal es muy poca, a ver si alguna vez se aprende.

Ruta de las estancias
Asi llegamos de nuevo a Río Grande y otra vez acampamos en el Club Nautico, al lado nuestro habia una pareja mayor en una casa rodante que estaban en el mismo camping que nosotros en Ushuaia, nos reconocieron y nos invitaron un buen pedazo de cordero asado, asi que de buena racha con los asados y con el habre de la pedaleada le dimos buen provecho, ahora seguramente nos quedaremos aca hasta pasar año nuevo y cargar las pilas para ponerle el pecho al viento en nuestro camino al norte, asi que muy feliz año nuevo para todos, familia, amigos, desconocidos ... hasta entonces.

22 de diciembre de 2008

Non plus ultra

Parece que el viento está pasando una temporada algo apático. Salimos de Río Grande con la emoción de recorrer a toda pastilla los últimos quilómetros que nos quedaban de viento a favor, pero amigo, nada de nada, de vuelta se había apagado el viento, y quedaba solamente una ligera brisa del Norte que... bueno, no es por despreciar, pero no es lo mismo.

Tuvimos todavía un buen tramo de desierto junto a la costa atlántica hasta que empezaron a aparecer los primeros arbolillos. Y siendo como es la Patagonia, lo que había empezado con cuatro troncos pelados y torcidos, de repente se convirtió en el vital bosque cordillerano (todo en una sola mañana de pedaleo).


Llegamos a Tolhuin al comienzo de la tarde. Desde allí tuvimos la primera vista del enorme Lago Fagnano que, hermoso como estaba el día, nos animó a seguir adelante; este tramo de la ruta 3 no tiene desperdicio. Y al final la primera jornada nos dejó a unos 60km de Ushuaia.


Lago Fagnano / Laguna Escondida

El segundo día lo empezamos con la subida del Paso Garibaldi, que bordea la Laguna Escondida, y tras unas cuantas subidas y bajadas más llegamos así, sin más, a Ushuaia. Las gentes del lugar gustan de llamarlo "El fin del mundo", pero eh, esto no es ni el final de nuestro viaje (¡ni mucho menos!).




Paramos en "La Anónima más austral del mundo" a comprar algunas golosinas y seguimos derechitos rumbo al Parque Nacional de Tierra del Fuego, pues había que llegar hasta el final de la ruta, y en la taquilla por fin pudimos poner en práctica un plan que veníamos tramando desde que empezamos el viaje... ¡¡Me hicimos pasar por argentina para pagar los dos precio de nacionales!! ($7 contra $35) Aiii que emoción -y que placer- hacer estas travesurillas!!

Isla Redonda (P. N. Tierra del Fuego)


Todo fue entrar al parque y el tiempo empezó a volverse loco, sol-nuves-sol-lluvia-viento-sol y finalmente... se consolidó la lluvia, que nos acompañó hasta Bahía Lapataia, el definitivo non plus ultra de la ruta.


Bahía Lapataia (P. N. Tierra del Fuego)


Acampamos en el parque y nos guardamos rápidamente en la carpa huyendo de la lluvia y del frío, que cada vez era más intenso. La lluvia no cesó en toda la noche y al día siguiente, 21 de diciembre, recibimos al verano rodeados de montañas nevadas.

¡Habíamos conseguido llegar para el solsticio! Tanto que nos ha jorobado el sol con su insistente presencia estas últimas semanas, había que llegar hasta el final con este asunto. Y de hecho, visto con buenos ojos es impresionante, el atardecer no se da hasta paroximadamente las 22:30, y la oscuridad no consigue hacerse con todo el cielo en ningún momento de la noche; siempre hay una franja rojiza, en la que persiste la luz del sol.


Pasamos el primer día del verano en el parque y hoy ya hemos vuelto a Ushuaia. La ciudad nos encanta, turística pero verdadera, y los alrededores espectaculares se mire por donde se mire; de un lado las imponentes montañas de los Andes y del otro, el mar y la isla de Navarino, donde continúa la cordillera. Queremos pasar aquí la Noche Buena.

Ushuaia

18 de diciembre de 2008

Lo que el viento se llevo ...

Fue a nosotros de Punta Arenas, después de unos buenos dias de descanso en el Hostal Independencia, el uénico lugar para acampar en la ciudad con toda la buena onda de Eduardo y Pamela, y de todos los viajeros que van por ahi que son muchos, también aprovechamos para poner a punto las bicis que van sufriendo el trajin del viaje, asé llegó la hora de cruzar el estrecho de Magallanes en la barcaza, ahí nos encontramos con otros 2 ciclistas, un Aleman y un Italiano que habían estado haciendo un viaje por los Andes en la Patagonia y también iban a Ushuaia, despues de 2 horas y media en las que se me revolvieron todas las tripas por que habia muchas olas por el viento, llegamos a la Isla Grande de Tierra del Fuego, yo un poco palido, jaja, pero apenas pisé tierra fierme me compuse, juntos los 4 ciclistas unimos fuerzas y empezamos a pedalear juntos, al cabo de un rato nosotros dos los dejamos ir porque ellos eran un poco mas rápidos.



El paisaje es muy pintoresco los primeros 50 km por la orilla de la Bahia Inútil, luego la interminable estepa, sin dejar de ser bonita, se hace un poco monotona para la bici, el viento nos empujaba con fuerza en la espalda ya que íbamos hacia el este, este mismo nos ponia en escena un particular espectaculo llevando y trayendo nubes de tormenta, asi que todo el rato teniamos lluvia y sol, lluvia y sol.



Bahía Inútil



Nosotros seguiamos contentos con el viento a favor, pero ya se acercaba la noche y no encontrabamos ningun lugar con reparo del viento en la desprotegida estepa para poner la carpa, asi que nos metimos en la Estancia Santa Inés para preguntar si nos dejaban poner la carpa en algun rinconcito, el señor que nos atendió fue muy directo y de pocas palabras, se puso una campera, nos pidio que lo siguieramos y nos llevo a una habitacion vacia con dos camas y nos dijo "no hace falta que armen la carpa, no hay ningun problema" y eso fue todo, nos dijo que si necesitabamos algo que lo buscaramos en su casa y no lo volvimos a ver, asi que despues de unos 3 meses y medio se rompio nuestro record de dormir en el suelo, bienvenido sea.



Al dia siguiente nos levantamos tempranito, queriamos despedirnos del señor pero parecia que estaba durmiendo asi que no quisimos despertarlo, empezamos a pedalear con el cielo gris tipico de estas latitudes, raramente se despeja del todo, el viento siguio ayudandonos hasta la frontera, en la gendarmeria Argentina mientras estabamos haciendo los tramites nos tocaron la espalda, eran los otros dos ciclistas, se dio la historia de la liebre y la tortuga, ellos habian llegado mas lejos que nosotros el dia anterior pero nosotros los madrugamos y los pasamos, asi que de ahi en mas seguimos pedaleando juntos todo el tramo pavimentado ya hasta la ciudad de Rio Grande, un recorrido mas bien aburrido en donde fuimos todos a la par de la velocidad del viento, el Oceano Atlantico nos acompaño hasta alla por primera vez en el viaje.



Rio Grande es una ciudad que fue uno de los centros de operaciones durante la guerra de Malvinas junto con Rio Gallegos tambien, hay monumentos por todos lados, basta con mirar el mapa para darse cuenta que la ocupacion de estas islas es un acto mas de la pirateria britanica, de cualquier modo el fin, totalmente legitimo, no justifica los medios, en esta, la guerra de "los borrachos" Gualtieri y Margareth Tatcher, murieron muchos inocentes, habia mucha desigualdad entre los dos ejercitos, los soldados Argentinos no solo tuvieron que enfrentarse a los ingleses con todo su armamento sino que su mayor enemigo fue el abandono de sus propios lideres, muchos murieron de hambre y frio mas que por balas, otro crimen impune mas que se cometio durante la dictadura militar en Argentina.



Pero de vuelta a al viaje, los cuatro nos fuimos al camping del Club Nautico donde estuve tambien en mi otro viaje, es un muy lindo lugar en la desembocadura del Rio Grande al mar, tenemos todo el salon del club para poder cocinar, comer, ver la tele un muy buen lugar para cuando el clima no acompaña, viene mucha gente por aca pero ahora no quedo nadie, quizas por la proximidad de las fiestas, nuestros amigos ya partieron hoy temprano tienen menos tiempo para sus viajes, nosotros a tomar un dia de descanso antes de hacer el tiron hasta Ushuaia, aun nos queda un poco mas de viento a favor asi que a aprovecharlo por que cuando tengamos que pegar la vuelta para poner rumbo norte lo tendremos bastante en contra, pero bueno asi es esto, ta la proxima... desde el fin del mundo.



De celebración con Tim y Marco (en su mano reposa el budín)

9 de diciembre de 2008

1 000 leguas de viaje... ¡en bicicleta!

Conseguimos dejar definitivamente El Calafate y con los bolsillos limados y un regusto agridulce en la boca pusimos rumbo a Chile y Torres del Paine, llevando las bicis bien cargadas de comida (si bien El Calafate era caro, intuíamos que T. del Paine iba a ser peor). Así nos adentramos, esta vez sí, en el desierto, que no es desierto por falta de agua, pues hay rios, hay lagos, sino que lo es porque el viento se lo lleva todo -solo quedan las duras matitas de la estepa aferradas al suelo.

Dejando el Lago Argentino atrás, emprendimos una subida con la que pagamos la última vista del Fitz Roy y los lindos cerros nevados que nos habían recibido en la Argentina tras nuestro periplo en la Carretera -camino- Austral. El primer día fue provechoso, avanzamos bastante y quedamos a medio camino de la frontera con Chile; el viento fue clemente. Pasamos la noche al lado de un puesto de la policia que lindaba con un arroyo al que dimos buen uso, y allí conocimos a "El Australiano", ciclista que seguía el mismo camino que nosotros hacia Torres del Paine.


desierto + calor + subida = ... (pero la vista lo merecía) / El arroyito

Dormimos satisfechos de nuestra primera jornada, y nos levantamos bien pronto para emprender la siguiente junto a nuestro nuevo compañero de ruta. Pero parece que con nosotros también se levantó el viento, que fue tomando carrerilla durante la mañana para mandarse con fuerza a partir del mediodía. Y ahí viene la razon por la que "El Australiano" tiene por nombre un gentilicio y no algo mas personal; resulta que a mitad de camino se retrasó un momento para tener un minuto de intimidad y desde ahí ya no lo hemos visto más. No sabemos si hizo dedo (autostop) o se quedó en algun hotel de carretera, la cuestión es que desapareció antes de que hubieramos llegado a intimar y ahora ni Tom ni yo nos acordamos de su nombre, aunque los dos deseamos que le esté yendo bien en su viaje.

Ese fue un día largo y agotador, pero conseguimos acabar con el tramo de desierto que teníamos que atravesar y dormimos ya en un prado Cancha Carrera, al lado de la aduana Argentina. A la mañana siguiente soplaba una ligera brisa del Este! Nos levantamos medio incrédulos pero animadísimos, hicimos los trámites en la aduana y recorrimos 7 lindos kilómetros de bajada hasta Cerro Castillo. El recibimiento chileno fue espectacular. Era pronto y todavía no había empezado la abalancha de buses provenientes del parque, así que los chicos de la aduana salieron todos a charlar con nosotros y terminamos con dos cabezas de ajos menos (no pueden entrar vegetales argentinos a Chile) y con un par de manzanas, galletas, spaghetti, una lata de melocotón en almíbar, porotos (judías secas), una bolsa de cholgas (mejillones) y una invitación a asado de más -la transacción nos fue más que favorable!

Desde allí el camino al parque fue apacible, con ese extraordinario viento a favor y la vista de montones de guanacos pastando en las laderas, avestruces, flamencos, liebres y conejos. Nosotros les sacábamos fotos a los bichos y los turistas de los buses nos sacaban fotos a nosotros, son esas cosas que a uno le hacen sentir tan en comunión con la naturaleza. Paramos en Laguna Amarga para poder entrar bien pronto al parque al día siguiente, la vista de las Torres desde allí era espectacular.


Vista de Torres del Paine / Las Torres, Laguna Amarga y flamencos volando


Mejor que verse el careto en el espejo del baño, eh?

Bueno, el parque en sí definitivamente no tiene desperdicio, la Patagonia cada día me parece más maravillosa. En fin, pagamos rigurosamente los $15 000 de la entrada y de ahí en más, empezaba todo un complejo diseñado para sacarle la pasta al turista por todos lados, únicamente echamos en falta un duty free para terminar de redondearlo. Los camping de pago están estratégicamente situados entre los lugares accesibles con automóvil y el inicio de las diferentes caminatas, mientras que para llegar a las zonas de acampada libre uno tiene que cargar la mochila cuesta arriba, quedando en medio de uno de los recorridos y por ende muy lejos del resto. Nosotros teníamos la dificultad añadida de no poder tomar los senderos con las bicis y de contar con solamente una mochila; en definitiva, pasamos la primera noche en el camping Torres, por otro lado muy lindo, y usamos a fondo todos los servicios que ofrecía (ducha, llavadero y fuego con leña gratis), además estuvimos de buena onda con los trabajadores así que nos regalaron fruta y más de un kilo de papas!

El primer día, pues, pudimos dejar todo en el camping y subir descargados hasta la base de las Torres en un día fabuloso, la caminata un poco cansadora pero valió la pena. A la mañana siguiente empacamos y recorrimos los 50km de ruta para coches que pasa por dentro del parque. El camino, con sus correspondientes subidones y bajadones, nos llevó a través de unos silenciosos prados de montaña floridos de rosa y rojo, y nos regaló una hermosa vista de los Cuernos del Paine. Así llegamos a la Administración del parque donde, como un favor, nos dejaron guardar las bicis en un galpón que tienen, el trato que tuvieron con nosotros fue genial.

Ascenso a la base de las Torres / Base de las Torres del Paine


Que se vea que estuvimos!!


De ahí subimos hacia el Valle del Francés. El sendero nos llevó hasta el comienzo del valle, rodeado de enormes paredones de roca por un lado y con una hermosa vista del lago Pehoe por el otro. Nos encantó el lugar, pero a esa altura ya estábamos cansadísimos de caminar, de las colas en los senderos y de lo abarrotado que estaba el campamento donde parábamos, así pues, anulamos la caminata que queríamos hacer hasta el Glaciar Grey y decidimos poner rumbo a Puerto Natales.



Salto Grande y Los Cuernos del Paine / Valle del Francés


Valle del Francés


Vista desde el valle

El viento nos ayudó mucho en el camino, fueron 90km cansadores como toda ruta chilena que nos llevaron primero bordeando el lago Toro y después a través de los montes. Y al final del camino por fin estuvimos en una playa con verdadero olor a mar! Puerto Natales recuerda a uno de esos pueblos pueblos de frontera, es un lugar de paso enfocado básicamente hacia los escursionistas que van y vienen de Torres del Paine, todo para guiris, digámoslo así, pero igualmente el lugar nos enamoró, con el mar azul, los montes nevados en el horizonte y un montón de estraños patos y cisnes flotando a orillas de la playa. Pasamos allí un día, de paseo y comiendo todo lo que habíamos dejado de comer desde El Calafate, incluso pescado fresco que vendían baratísimo con un carrito en una esquina.


Lago Toro / Puerto Natales



Atardecer en Puerto Natales / Foto de guiri (que no falte)

Peeeero había que seguir, pues queríamos esperar a Punta Arenas para tomarnos un buen descanso y allí arreglar cosillas de las bicis que van rompiendose. Salimos ilusionados por tener por delante 250km de pavimento con viento a favor, pero ah, pasamos casi la mitad del trayecto por entre árboles peinados y torcidos por el viento sin que ese día se les moviera ni una sola hoja... Solamente se giró el viento más fuerte cuando entramos en la estepa. Hicimos un buen tirón el primer día, 183km durante los cuales llegamos a los 5000 de viaje!!

Nos cruzamos con un ciclista que venía en sentido contrario torturado por el viento que nos dijo que después de Villa Tehuelches, a 100km de Punta Arenas, no había absolutamente nada. Lo mismo nos había dicho otro ciclista que conocimos en el parque, pero nosotros hemos encontrado esta ruta ruta bien poblada de cosas interesantes.

La noche la pasamos en uno de los refugios que se encuentran al lado de esta ruta, por lo visto bastante jodidilla con el tiempo y el viento, de los cuales ya nos habían hablado. Eran cuatro paredes y un techo que nos ofrecieron un reparo genial contra el viento, pero que además tenían dentro unas maderas donde se podía echar una persona y el techo tenía un agujerito que permitía hacer fuego dentro, hasta había madera para encenderlo! Entrañables estos chilenos.

Y bueno, ayer nos levantamos ya con la idea de llegar pronto a Punta Arenas. En nuestro camino pudimos ver llamas pastando en los campos al lado de la carretera y hasta pasamos entre campos minados por la disputa territorial entre Argentina y Chile en esta zona de la Patagonia -hay una película chilena bien simpática (si se puede decir) sobre este conflicto en el que además se ve muy bien el paisaje en el que nos encontrábamos, se llama "Mi mejor enemigo".


Y aquí estamos, acampados en pleno barrio de lo que los argentinos denominan con un eufemismo "whiskerías" -en España los llamamos puticlubs-, en la hostería Independencia, donde Tom ya había estado en su anterior viaje. Tenemos por delante unos cuantos días de relax, reparaciones y mantenimiento de las bicis -les toca después de bancarse más de 5000km-, y después... A Tierra del Fuego! Sus colinas ya nos miran desde la otra orilla del Estrecho de Magallanes.



Punta Arenas

29 de noviembre de 2008

Perito Moreno o Pasando por el tubo

Hace un par de días salimos de El Calafate rumbo al glaciar Perito Moreno, y ya estamos de vuelta!! Existe un paso internacional, el Paso Zamora, del que ya están abiertos los caminos y que conecta esta parte de Argentina con la zona de Torres del Paine en Chile (nuestro proximo objetivo turístico) pero por lo visto el sector turístico de El Calafate presiona para que no se habilite, pues así los turistas tenemos que parar en El Calafate antes de ir al P. Moreno y después tenemos que volver a pasar (y dejar más dinero) para seguir ruta hacia el sur. Así pues, el paso no está abierto, y no pudimos conseguir que nos hicieran una autorización en gendarmería para poder pasar por Zamora. Así pues, tuvimos que pasar por el tubo y regresar a El Calafate... pero bueno, ya que estamos aquí aprovechamos para colgar unas fotillos frescas del glaciar!
Estuvimos allí ayer por la mañana. Tuvimos la gran idea de entrar bien pronto, así que pudimos ver el P. Moreno sin tener que hacer cola para tener un lugar en el mirador (si en las fotos tenemos cara de sueño ya sabéis por qué es). La vista de esa masa tan enorme de hielo (antre 50 y 55 mts de alto, 14km de largo) es impresioante, parece eterno, impasible, pero uno lo oye crujir eso como que le da vida. Al poco de estar allí, vimos desprenderse un pedazo enorme de hielo, el sonido lo llena todo y la ola que genera el hielo al caer al agua hace que los pedazos que ya hay flontando empiecen a entrechocar alargando y alargando el sonido de la caida, el espectáculo fue magnífico.
Más tarde empezó a llenarse cada vez más de gente y a eso del mediodía nos fuimos. En la zona de estacionamiento, donde antes hubiera solo un par de coches y nuestras bicis, ahora no cabían todos los autocares, furgonetas y vehículos particulares. Los baños parecían los de un aeropuerto. Igual, nos llevamos con nosotros la experiencia íntima que tuvimos por la mañana, y ahora ponemos rumbo a Chile y al parque de Torres del Paine!!