Caminar kilometros y kilometros por esta ciudad infinita ha valido mucho la pena. Hemos aprovechado para hacer un poco de turismo del de toda la vida ahora que todavía no nos hemos vuelta nómadas y la tía Alicia & family nos ha albergado en su casa (eso si que no tiene precio).
Superada la desorientación inicial, y aprovechando los buenos días que hemos pillado, con sol y mucho calor sobretodo los primeros días (casi 30º en pleno invierno), hemos ido destriando de la gran masa muchos rincones por donde da gusto pasear.
Los primeros días estuvimos recorriendo el centro de la ciudad: hay que ver la Casa Rosada, la Plaza de Mayo, el Obelisco en la avenida 9 de Julio (de seis carriles cada mano, es la más amplia del mundo), El Caminito, en el barrio de la Boca (dos calles turísticas en medio en un barrio pobre y al lado de un río pestilente, pero eh, con su encanto), la carre Corrientes con todos sus teatros y casas de compra y venta de libros usados (que vicio es revolverlos)... Hablando de teatros, desgraciadamente, el teatro Colón, un edificio impresionante que siempre ha sido escenario de grandes obras, va a estar cerrado por remodelación durante como dos años, así que nos quedamos sin poder visitarlo... quizás a la vuelta.
Los primeros días estuvimos recorriendo el centro de la ciudad: hay que ver la Casa Rosada, la Plaza de Mayo, el Obelisco en la avenida 9 de Julio (de seis carriles cada mano, es la más amplia del mundo), El Caminito, en el barrio de la Boca (dos calles turísticas en medio en un barrio pobre y al lado de un río pestilente, pero eh, con su encanto), la carre Corrientes con todos sus teatros y casas de compra y venta de libros usados (que vicio es revolverlos)... Hablando de teatros, desgraciadamente, el teatro Colón, un edificio impresionante que siempre ha sido escenario de grandes obras, va a estar cerrado por remodelación durante como dos años, así que nos quedamos sin poder visitarlo... quizás a la vuelta.
El Caminito (La Boca) / Puerto Madero
También dimos un paseo por el barrio de San Telmo, de callecitas estrechas y puestitos entrañables; Puerto Madero y la reserva ecològica de Costanera Sur, que se extiende al lado del Río de la Plata, y por lo visto se formó por el movimiento de los lodos del lecho del río. Después del paseo, en la costanera, nos comimos un choripan con todo (chimichurri, salsa criolla, ensalada...) en uno de los puestitos con parrilla, muy concurridos por oficinistas y obreros, eso sí, hay que luchar para hacerse ver y que lo atiendan a uno, es parte del ritual.
Reserva ecológica de la Costanera Sur
En la plaza Francia cada día los artesanos abren sus puestitos, uno al lado del otro, creando una especie de laberinto de color con callejones que se pueden recorrer y en los que se encuentran miles de detalles curiosos en cuero, madera, cristal, hilo...
Otro paseo muy lindo que hicimos (y que hemos querido repetir antes de irnos) fue por los bosques de Palermo, un parque enorme con laguitos artificiales y arboles centenarios derramados más que plantados sobre el suelo, que cubren la tierra con los nudos de sus raíces. Allí mismo está el planetario y justo enganchamos un día en que se presentaba un espectáculo gratuïto (como nos gusta lo gratis) de las constelaciones de Buenos Aires. Al lado también está el jardín japonés, en memoria de unos de los primeros inmigrantes japoneses de Buenos Aires, todo muy cuco, para un apacibe día de sol.
Y definitivamente, una de las jornadas que disfrutamos más fue la que dedicamos a recorrer el Tigre. Estuvimos en el Puerto de Frutos, que a parte de puerto es también un mercado de artesanía, sobretodo de muebles. Esto está muy cerca del delta del Paraná que crea pequeñas islitas separadas por canales que están habitadas. Para comunicarlas entre ellas y con el puerto hay unas lanchas colectivas, que permiten pasar de una zona a la otra. No parece parte del mismo Buenos Aires.
Recorrer no hemos podido recorrer más, pero no nos vamos sin haber probado algunas de las delicias de la gastronomía argentina... En kioskos y panaderías, esos prostíbulos del paladar, se abre un extenso abanico de dulces y facturas (pastas), de chocolate, membrillo, dulce de batata, crema, DULCE DE LECHE (dulce por excelencia que desbanca por completo al chocolate en el ranquing de los más comidos y deseados en argentina, y eso no lo decimos a la babalá, una prueba feaciente es que McDonald's aquí ha descartado su helado de chocolate en favor del de dulce de leche)... Para aficionados al azúcar en todas sus modalidades, como somos nosotros, esto es lo más parecido a la perdición, está claro que eso va a ser una de las cosas que más extrañaremos en España a la vuelta... Pero eh! Que los dulces no empañen el nombre de las empanadas, las pastas caseras, las pizzas y el famoso asado (con carne y apetitosas visceras).
Y bueno, con los pies cansados y el paladar contento, salimos para Villa Carlos Paz dentro de dos días, donde pasaremos un mes más preparando cosillas y entrenando un poco antes de emprender el viaje en bici.