27 de octubre de 2008

Y arrancó la caravana!

Los días que estuvimos en el Bolsón fueron increíbles, en tres días los ciclistas infestamos un camping que estaba vacío y prácticamente cerrado. Estando ya Chris, Jenny, Tomás y yo allí, llegó en coche una pareja de Buenos Aires, Marta y Martín, y cuando agarramos a conversar resulta que ellos hace 9 años habían hecho Ushuaia-Alaska en bici!! Nos contaron un montón de aventuras, y también nos animaron a intentar vender alguna artesanía para complementar nuestro presupuesto, que los precios patagónicos junto con la bajada del euro están deborando.


Marta, Martín y la máquina

Ellos solamente estuvieron allí una noche, y el día siguiente, habiendose ido ya Marta y Martín,llegó por la tarde Roger, el primer catalán que conocemos desde que llegamos a la Argentina!! Yo estuve chocha con poder sacarle un poco el polvo a mi idioma y volver a ponerlo en marcha.

Noche de asado

Esa noche tuvimos una linda velada de asado los 5, y como Roger iba siguiendo nuestra misma ruta, al día siguiente arrancamos los 5 rumbo al parque Los Alerces. Después de un mes y medio yendo solos, no nos podíamos creer que pudieramos llegar a formar parte de esa enorme caravana.

Nuestra enorme caravana
El camino hasta el parque fue un poco duro, primero largas subidas en pavimento y después un largo pedazo de ripio bastante chungo, pero ya pronto vimos que iba a valer la pena. Terminamos la jornada en Villa Lago Rivadavia, justo antes de la entrada el parque, y allí pudimos acampar en un lindo prado al lado del río, hermoso lugar.


Villa Lago Rivadavia

En el segundo día de ruta Roger nos dejó, ya que iba con el tiempo un poco justo y ese día iba a andar mucho más que nosotros. Así pues seguimos los 4, tomándolo con calma y disfrutando de la vista de los lagos y el bosque de Los Alerces. Por la tarde, ya llegando al area de acampada libre donde nos queríamos quedar, se largó a llover, así pues la parada fue un poco apresurada, y fría. Esa noche, pasado el chaparrón, la terminamos con charla alrededor del fuego, que gran cosa son los fuegos...

Parque Nacional Los Alerces
El último día amaneció bien soleado, y fue increíble poder acabar de disfrutar del parque con luz y calorcito. El camino hasta Trevelín fué fácil, y la carretera andaba entre la llanura y la montaña, contraste típicamente patagónico, impresionante.

De camino a Trevelín
El pueblito nos encantó a todos. Los campings supuestamente estaban cerrados, pero nos metimos en uno así un poco por la cara (Tomás ya había hecho lo mismo 5 años atrás, en su otro viaje). Cuando el dueño llegó no nos hizo ningún asco, al contrario, Néstor también es ciclista y nos recibió con los brazos abiertos.
Ayer fue nuestra última noche con los chicos, ocasión que no desperdiciamos para organizar un nuevo asado (¡nunca es mal momento!). Y bueno, hoy ellos ya han seguido camino hacia Futaleufú, en Chile, mientras que nosotros hemos decidido aprovechar que estamos en un pueblito tan entrañable para quedarnos un día más. Hemos pasado unos días geniales juntos, a ver si nuestros caminos se vuelven a cruzar más adelante. Sea como sea, guardaremos unos lindos recuerdos y dos nuevos amigos.

21 de octubre de 2008

Lluvia, sol y lluvia de nuevo

Así ha sido nuestro corto recorrido desde Bariloche a El Bolsón, sintiendome un poco mal de la panza salimos el sabado de nuevo a la ruta, en el camino encontramos a otros 2 ciclistas, una pareja de Canadá, Jenny y Chris, en su primer día de ruta, ellos están haciendo un recorrido de un par de meses por la Patagonia. Charlamos un poco y seguimos viaje juntos los 4, el camino nos llevo a la par de los lagos Guillelmo y Mascardi, tan lindos como todos los que hemos visto desde que entramos a esta región, y en este último nosotros dos decidimos parar porque yo ya no podia mas de la panza y me faltaban fuerzas en las piernas, nuestros nuevos amigos siguieron viaje.


En ruta con Jenny y Chris, su blog: www.teamturkey.wordpress.com



Acampamos ahi al lado del lago en una zona libre y apenas armamos la carpa me tire adentro y no sali mas que para ir al "baño" una y mil veces, a la noche estaba con mucha fiebre y todo, la Berta se puso en el rol de enfermera y me ayudó mucho.

Lago Guillelmo

Al dia siguiente tambien nos quedamos ahi mismo ya que todavia me sentia mal, el tiempo tambien estaba rebelde lloviendo y saliendo el sol a cada rato, a la tarde aproveche para escuchar el maldito superclasico que perdio River que me termino de poner mal del todo.

Vista del lago Mascardi desde nuestra casita
El Lunes, todavia mal con lo de la panza decidi ponerle el pecho a las balas y seguir ruta de cualquier modo, la llovizna nuestra de la noche anterior habia sido nevada un par de cientos de metros mas arriba así que todos los cerros estaban blancos, fue duro pero de a poco fuimos avanzando, a pesar de que duarnte el dia volvio a llover y salir el sol como unas 5 veces, el viento nos ayudó bastante, tambien tuvimos bastantes bajadas, los paisajes muy bonitos, en el ultimo tramo ya sin lagos pero con unos hermosos y caudalosos rios y unas imponentes montañas que son verdaderos paredones, a veces, cuando estos dos se encuentran, forman maravillas como la Cascada de la Virgen, una cascada bellisima al lado de la ruta antes de llegar a El Bolson.

De camino a El Bolsón

Cascada de la Virgen
Así llegamos a esta pequeña ciudad, cuna de muchos artesanos y hippies al pie del cerro Piltriquitron que ahora nos muestra su fachada nevada. Estamos tomanso unos días de descanso en un camping para reponer fuerzas de cara a las proximas jornadas. Y nos hemos reencontrado con Jenny y Chris!
Monte Piltriquitron desde el camping / Centro de El Bolsón

De aquí en mas tendremos un poco menos de turismo masivo que en los ultimos tramos, de verdad que ansio un poco mas de tranquilidad ya que desde Junin de los Andes hasta acá es toda una franja que ha sido y esta siendo el lugar elegido para vivir de mucha gente de las ciudades grandes de Argentina, sobre todo de Buenos Aires que cansados de todo el agobio, inseguridad y caos de aquellos lugares vienen para aca, lo malo es que traen consigo todas sus malas costumbres, el apuro, la prepotencia, el nerviosismo, el poco aprecio por la vida propia y ajena que se refleja en la pesima manera de conducir, en todo este tramo hemos perdido ese contacto cercano con la gente que tuvimos en otros lugares, en San Martin de Los Andes por ejemplo donde estaban los campings cerrados intente buscar de alguna manera que alguien nos dejara poner la carpa en algun lado a modo de camping improvisado, en turismo, policia, un club inmenso, etc., todos nos dieron la espalda, o tenes plata para una habitacion o no hay lugar para vos, pues me alegro mucho de no habernos qudado ahi a perder el tiempo y ansio entrar a la verdadera patagonia de nuevo, donde hay mucha menos gente pero tanto mas real, mas autentica, hasta entonces.

16 de octubre de 2008

Haciendo el guiri

Ya estamos en la Argentina de nuevo! Desde la última vez que escribimos han pasado ya unos días, demasiados a nuestro parecer, pues nos habría gustado poder conectar antes, pero otra vez las circunstancias nos torcieron los planes.
Nos fuimos de Melipeuco con la alegría de contar con dos nuevos amigos a nuestro haber, nos despedimos de Benjamín y Luz María y arrancamos hacia la ruta interlagos. Desde entonces el bosque, los lagos, lagunas, ríos y arrollos se han vuelto nuestros compañeros habituales, pero aún así, con tanto desierto a nuestras espaldas, no podemos dejar de maravillarnos cada vez que vemos correr el agua cristalina del deshielo y los árboles que crecen imponentes, envolviendo el camino...
Una de nuestras compañeras de ruta /Ruta interlagos
Chile fue para nosotros la entrada a esta especie de paraíso verde-transparente, pero tampoco nos lo puso fácil. El lado chileno de los Andes es mucho más abrupto que el argentino, las montañas son escarpadísimas, a veces forman hasta paredes de roca de cientos de metros de altura, y bueno, los caminos van a la par. Aquí en Sudamérica, almenos en la parte que conozco hasta ahora, son muy habituales en la ruta los cartelitos que previenen de las subidas y bajadas; son un rombito amarillo con una pendiente dibujada en negro y un autito o un camión que sube o baja, así con líneas de velocidad y todo. Bueno, pues baste decir que en Chile aprendí a temer esos cositos...

Lago Caburgua
Con sus subidas y bajadas, el camino al lado de los lagos Colico y Caburgua fue muy hermoso, y nos dejó en Curarrehue, el último pueblo antes del paso Tromen a la Argentina. En el mapa brillaba una línea rojaque salía de allí, con lo que nos figuramos que almenos habría un pedazo de ruta pavimentada... Craso error! Nos esperaba el peor ripio que hemos conocido en el viaje por unos largos 40km, en los que tendríamos que superar casi 1000mts de desnivel! Pero eh, se hizo, y de nuevo entre pehuenes regresamos a la Argentina, justo al pie del volcan Lanín.
Lago Colico
Para esos días estaba pronosticado un fuerte temporal, y desde allí arriba el panorama no era muy alentador, sobre nuestras cabezas las nuves se íban poniendo cada vez más negras. Así pues, pensamos que lo mejor sería apresurar un poco nuestra llegada a San Martín de los Andes, donde nos estaría esperando un buen camping i el reparo de la ciudad. Ese mismo día pues, nos impusimos los 70km que nos separaban del primer pueblo que íbamos a encontrar, Junín de los Andes, y allí nos plantamos al atardecer. Conseguimos un camping baratito y nos clavamos unos buenos chorizos para cenar, el combustible que nos tendría que llevar el día siguiente a San Martín.
Y sí! llegamos a nuestro destino para el mediodía, cansadísimos de toda la ruta desde Melipeuco, ansiando una buena ducha caliente. El pueblo hermoso, con sus fachadas de madera destilando pijería y la vista del lago al final. Pero la temporada no empieza hasta diciembre, así que todos los camping estaban cerrados, y el area de acampe libre más cercana nos quedaba a 50km, ah, y acampar en cualquier otro lado estaba prohibido.
Ahí nos dimos cuenta de lo que implicaba entrar en una zona de turismo masivo, que a nadie le importa un rábano que te quedes colgado, con la bici en la mano y envuelto en prohibiciones. No nos quedaba otra que seguir adelante y aceptar que el descando todavía no iba a llegar. Esa noche la pasamos acampando de estrangis en un camping al lado de la ruta (el más roñoso que hemos pisado hasta las fecha) que también estaba cerrado, chanchullo que arreglamos por $10 con Pancho, un campesino dueño de las tierras donde estaba el camping, que estaba haciendo cuerda cuando llegamos.
Así fue nuestra entrada en la ruta de los 7 lagos, que une San Matín con Villa La Angostura serpenteando entre lagos y bosques. La rabia que llevábamos encima se desvaneció rápidamente, no podía ser de otra manera pues los paisajes que vimos ablandan a cualquiera, incluso con los domigueros pasandote a la velocidad de la luz con sus Chebrolet.
Camino de los 7 lagos
Pasamos un día en el lago Villarino, en la famosa área de acampe, disfrutando del lugar y tomando un poco de aire (helado, por cierto) para seguir adelante. La otra mitad de la ruta la hicimos en un hermoso día, el sol por fin estaba de vuelta, haciendo que las montañas reflejaran sus colores en el agua. Ese fue un largo día de pedaleo, que nos dejó solamente a 25km de Bariloche. Ayer llegamos a la ciudad tempranito.
Campamento en el Lago Villarino /Camino de los 7 lagos
San Carlos de Bariloche, a orillas del enorme lago Nahuel Huapi, tienemucho de ese carácter de San Martín, pero al ser una ciudad medio grande queda un poco diluido. Por suerte hemos encontrado un camping abierto, carito, pero lindo. Y aquí estamos, en la capital argentina del chocolate (lo que significa que cuesta una fortuna cada bombón), rodeados de guiris, tomando por fin un respiro después de esta dura etapa.

Centro Cívico de Bariloche

7 de octubre de 2008

Del otro lado que hay ???

Al final hemos cruzado los Andes, estamos ya en Chile, el camino no fue facil pero lo logramos.
Nos costo bastante escapar del abrigo del hogar de Claudio, Ana, y el pequeño Oscar, pero dejamos atras Chos Malal, y comenzamos una pesada subida por un camino de ripio bastante malo y con bastante viento en contra por el cañon del rio Neuquen, los paisajes increibles, el camino va un par de cientos de metros por encima del rio de color verde esmeralda por ser de aguas de deshielo, al final el camino se desvio del rio subio a una altiplanicie y se dejo caer hasta otro valle donde nos esperaba el paraje de El Cholar, acampamos en el camping municipal, cerrado, pero gratis.



Las extrañas nubes de la Patagonia / Cañón del Río Neuquén

Al dia siguiente salimos de nuevo al camino, esta vez al sur, trepando tambien al principio y luego una fuerte bajada hasta el pintoresco pueblo de El Huecu donde hace 5 años en otro viaje que que hice solo me trataron de maravilla alojandome en el gimnasio del pueblo, pero esta vez era temprano asi que lo pasamos de largo, aqui se complico el asunto un poco por que el viento otra vez se puso rebelde y nos hizo sufrir un poco aunque el camino iba mas bien bajando, asi que bien cansados llegamos a Loncopue, esperabamos ir al camping y darnos una buena ducha caliente, pero resulta que el camping esta en construccion, nos dejaron pasar la noche gratis pero no habia baños ni nada, asi que anulamos el dia de descanso que queriamos tomarnos ahi antes del cruce de la cordillera.


Vista desde El Cholar

Ya en los ultimos tramos de montaña desertica hicimos un dia de aproximacion al paso de Pino Hachado, acampamos a 35 km de este en el desierto atras de unas rocas enromes en una curva de la ruta que nos ofrecian reparo del viento que seguia encaprichado con nosotros, una buena cena al fuego de la leña para repooner fuerzas para el cruce.


Nuestro tenderete

Pensabamos que con un poco de suerte el viento estaria debil al dia siguiente por la mañana pero no fue asi, fue quizas el dia mas fuerte, unos 60 km/h quizas, fue durisimo acabar lo que quedaba de la tedios subida por el desierto, una vez que alcanzamos la cordillera y empezo el camino de curva y contracurva la misma montaña nos protegio de la furia del enemigo invisible, el paisaje increible, ya estabamos entyrando a la Patagonia verde, el rio que bajaba por la quebrada tapizada de Pehuenes, una especie de pinos que dan piñones de unos 3 cm de los cuales dimos cuenta.


Pehuenes y extrañas rocas al fondo, llegando a Pino Hachado

Despues de los tramites en la aduana Argentina hicimos el tramo final de la subida, me sorprendio ver tanta nieve, no lo esperaba, penitentes al lado de la ruta de hasta 5 mts de altura pero el dia estaba lindo y el sol calentaba bien asi que con mucho animo llegamos a la cumbre del paso a 1860 m.s.n.m. Si la nieve del lado Argentino me sorprendio la bajada hacia Chile no fue menos, hasta donde alcanzaba la vista habian cumbres nevadas, parecia Noruega o algo asi, luego de un tremendo bajadon llego la hora de hacer los tramites de entrada a Chile y de ahi seguimos por un camino secundario rumbo a Icalma, al final se nos vino la noche y acampamos abajo de un pinar al lado del camino.



La última subida (el viento no se ve, pero ahí está)

A la mañana de vuelta arriba de las burras, el camino muy pintoresco con muchas subidas y bajadas con rios, arroyos, bosques, el bellisimo lago Icalma, todo un contraste con los desiertos que veniamos viendo, es el resultado de toda la humedad que trae la corriente del pacifico que aqui en el sur del continente queda de este lado de la cordillera y apenas pasa a una franja estrecha de Argentina, dicen que aqui llueve muchisimo, hasta ahora hemos tenido suerte y no hemos visto ni una sola gota.



Lago Icalma

El camino finalmente nos dejo en el tranquilo pueblo de Melipeuco, estamos descansando un poco en un camping en donde sus dueños nos han recibido de muy bien, anoche hemos compartido una cena conversando de muchas cosas, sobre todo de culturas y tradiciones de la zona ya que ellos son de origen Mapuche, una colectividad indigena, la mas importante de la Patagonia y una de las que le hizo mas batalla a la conquista española y luego a tambien siendo perseguidos por el ejercito Chileno al igual que en Argentina, casi hasta su exterminio, hoy en dia toda su cultura sigue siendo amenazada, pero esta vez no son atacados con armas por que ahora eso esta mal visto, la opresion e intolerancia del mundo moderno que no solo ha saqueado sus tesoros sino que lleva a la ignorancia y al desinteres de sus propias raices a sus nuevas generaciones, hay quienes aun luchan por conservar las tradiciones como Luz Maria y Benjamin, los dueños del camping, incluso se estan haciendo cursos de mapudungun, la lengua Mapuche que solo es oral lo que complica aun mas el reto, espero que tengan exito.



Llegando a Melipeuco

Melipeuco descansa a los pies del imponente volcan Llaima de unos 3000 metros de altura que en enero pasado hiciera erupcion, en todos los alrededores se ven las huellas de sus antiguas erupciones que han dejado escoriales de lava y arena volcanica por todos lados, nosotros tenemos una increible vista de le desde la carpa.



Volcán Llaima, desde el camping / Río al lado del camping

Si todo va bien mañana seguiremos viaje, de nuevo a subir la cordillera rumbo a la hermosa region de los lagos en Argentina, pero el camino que nos queda por Chile no sera menos espectacular, al fin y al cabo las fronteras las inventaron un par de chantas, la belleza no tiene limites para quien la sabe apreciar, ta la proxima.

1 de octubre de 2008

Entramos en la Patagonia... por la puerta grande!

Nos fuimos de Malargüe hace ya una semana con muy buen sabor de boca; la última noche que pasamos allí llegó al camping una familia chilena en su casilla rodante: Carlos, Veronica i Javiera venían siguiendo la misma ruta que nosotros hacia Chile y bueno, nos enganchamos a charlar hasta que acabamos compartinedo una alegre cena, (y comimos con plato y cubiertos!).


Última cena en Malargüe, con Carlos, Veronica y Javiera

El primer día de ruta empezó fantástico, con solecito y viento a favor, vamos, que salimos animadísimos... pero ya se sabe que cuando uno está en lo más alto és cunado más posibilidades tiene de caerse... y pasó lo que tenía que pasar, mi primer contacto con el famoso ripio de las rutas argentinas fue fatídico, vamos que, como se dice aquí, compré terreno en la ruta 40. En plena bajada se me descontroló el manillar y di de morros en el suelo, la bicicleta voló con equipaje y todo. Yo quedé medio magullada y la bicicleta, pobrecita mía, quedó con un lado del manillar apuntando al cielo, la rueda delantera hecha un ocho y el cambio delantero desintegrado.
Tomás consiguió enderezarlo todo un poco como para poder arrastrar la bici hasta Bardas Blancas, a 10 km, así que nos dimos la buena caminata hasta allí. En Bardas Blancas me parcheé (me atendieron re-bien en la salita del pueblo, me desinfectaron toda y me dieron remedios para el dolor, todo absolutamente gratuïto) y Tomi siguió dandole a la bici, pues todavía nos faltaban unos buenos kilometros hasta Chos Malal, el primer pueblo grande que íbamos a encontrar.

Bardas Blancas / La pasarela

Río Grande
A día siguinte descartamos la ruta que habíamos pensado tomar y agarramos por la más buena, es decir, la más pavimentada. Fue un buen día de pedaleo; tuvimos lindos paisajes al borde del Río Grande, esquivamos una tormenta y ayudamos a una pareja chilena que tenía problemas con su coche (también a causa del ripio). Y justo llegando al lugar donde habíamos pensado acampar nos agarró un vendabal para mí sin precendente, que nos volcaba de la bici, a penas nos dejaba avanzar y levantaba cantidad de arena que se clavaba en la piel. Evidentemente era imposible plantar la carpa allí. La Patagonia ya empezaba a imponerse desde lejos. Fueron cerca de 25km que tuvimos que hacer con ese viento soplando de frente y de lado, todo en subida y camino de tierra, hasta que llegamos a Ranquil del Norte, ya de noche y de nuevo reventados.

El tercer día colocamos nuestros cuerpos otra vez arriba de la bici y así, en pésimo estado (encima de todo a Tomi se le empezo a abrir la cubierta de la rueda trasera), entramos en Neuquén, la puerta de la Patagonia. De nuevo subida, todavía con ecos del viento en contra, y bueno, depsués de 60 km, llegando a Buta Ranquil, decidimos quedarnos a descansar. Nos dejaron poner la carpa al lado de la estación de servicio. Estábamos armando nuestro tenderete cuando el dueño, Moncho, salió a saludarnos. Qué sorpresa cuando de un momento a otro se fué para regresar con unas empanadas y un par de vasos de cerveza... Esas empanadas nos sabieron a gloria.

Por la tarde fuimos a comprar algunas cosillas para la cena (los precios patagónicos nos dieron la primera bofetada), y por la noche... FIESTA! Sí, en el mundo era sábado, así que volvimos a tener noche de reguetón. Y encima hay que dar gracias, porque a eso de las 2 de la mañana, desvelados, nos dimos cuenta de que por los caños de los aspersores del jardincito donde nos encontrábamos estaba brollando agua y la carpa se iba a inundar. Con unos tapones de corcho que encontramos por ahí pudimos bloquear los caños y nos guardamos de nuevo en la carpa, a escuchar reguetón tranquilos hasta el amanecer.

Volcán Tromen / Camino a Chos Malal
A eso de las 7:15 el sol nos despertó de nuestro (breve) sueño, a las 7:30 terminó la fiesta, y a las 9 estábamos emprendiendo nuestra última jornada de ruta. Hubo subidas y también buenas bajadas, y un viento a favor que recibimos como un regalo. El paisaje impresionante. En nuestra ruta habíamos ido rodeando el volcán Tromen, todavía nevado, i todo alrededor las montañas hacían aguas con sus tonos ocre. Fue un bonito día después de todo. Y en las primera horas de la tarde, cansados, aliviados y mugrientos, hicimos nuestra entrada triunfal (por la entrada equivocada) a Chos Malal.


Cordillera del Viento

Estábamos buscando el camping, soñando despiertos con la ducha caliente que nos esperaba allí, cuando empezamos a oir unos gritos y cuando nos giramos vimos a un hombre que nos venía persiguiendo con su bicicleta. Claudio nos había visto pasar por delante de su casa y había decidido salir a buscarnos para invitarnos a pasar. Al principio sin entender mucho lo que pasaba lo seguimos hasta su casa, donde estaban Ana y su hijo Oscar, y así sin más nos puso delante un buen pedazo de pollo al horno con papas, el pollo más bueno que habíamos comido nunca. Sí, la família nos estaba invitando sin más a quedarnos en su casa. Aceptamos la invitación encantados aunque quisimos poner la carpa en el jardín, así que llevamos tres días allí, y hemos hecho dos nuevos amigos que nos tratan como si fueramos de su familia.

Hemos tenido que comprar algunos repuestos para la bici pero Tom ha conseguido salvar la llanta y el manubrio, lo cual nos ahorra un buen dinero. Ayer, ya teniendo las bicis a punto, Claudio nos llevó a subir el cerro de la Virgen, desde donde había una hermosa vista de Chos Malal, del río Neuquén y de todas las montañas que rodean el pueblo. También estvimos de recorrido turístico y para qué, el lugar nos encanta, las plazas que tiene están cuidadísimas, con muchos árboles, mucho verde y el entorno es espectacular.

Cerro de la Virgen

Mañana pensamos seguir viaje, aunque con lo malacostumbrados que nos tienen aquí va a ser muy difícil. Entre la buena compañía, todas las comodiades y las increíbles comidas caseras... vamos a empezar a echar barriga y ya no nos movemos más. Nos hemos convertido en la vergüenza del movimiento mochilero!


Aquí es dónde nos miman!

Vamos a arrancar rumbo al paso de Pino Hachado, pues ya pronto se me vence la visa y tengo que cruzar a Chile. Nos queremos alejar un poco de la ruta 40 y agarrar un camino alternativo que pasa más cerca de la cordillera, nos han dicho que el paisaje vale mucho la pena, así que vamos para allá!!!