Arrancamos desde Potrero de los Funes con buenos días, que aprovechamos para recorrer un buen trecho de desierto en tres jornadas. La primera nos llevó hasta la frontera con la provincia de Mendoza, donde los chicos del control policial nos dejaron un pequeno garaje para plantar la carpa (muchísimas gracias chicos!). El segundo día pusimos ya la rueda en Mendoza y empezamos a divisar la cordillera allaaaaaa a lo lejos, lo que nos dió un plus de energía, y la tarde nos cayó ya apunto de llegar a Monte Comán (el primer logar habitado en más de 200km!!); el sr. Aguilar, del control policial, nos cuidó re-bien esa noche, nos dejó la casilla del control para poner la carpita con fuego y todo para estar calentitos (las noches en el desierto son heladas). El siguiente amanecer nos trajo la vista hermosa de un río justo antes de entrar ya en M. Comán, más verde en las laderas de la ruta... Y vimos gente!!
Salar a horillas de la carretera / El río!
Ese día por fin alcanzamos el Cañón del Atuel en Valle Grande. Impresionante, el río bajaba fuertísmo abriendose camino entre la roca roja, que estaba surcada a su vez por cintas de colores. El lugar hermoso, pero no tardamos en darnos cuenta que estaba copado por las instalaciones turísticas y los campings seguían, uno al lado del otro, casi todo el curso del río, de manera que uno lo tenía que ver así de lejos. Todo carísimo. Fuimos a parar a un camping que compartíamos con un enorme grupo de estudiantes, nos quedamos un día allí como para recobrar un poco las fuerzas y salimos casi huyendo hacia El Nihuil.
Estuvimos muy bien en El Nihuil, en el camping Decolores dónde el dueño nos trató de la mejor manera y el paisaje nos regaló lindos paseos, pero las ganas de seguir avanzando nos hicieron salir ayer hacia Malargüe a pesar de que el tiempo no pintaba bien, y en efecto, después de 20km, justo en el desvío hacia Malargüe, se largó la llovizna y un viento en contra cada vez más fuerte que nos hicieron parar y quedarnos en una estación de servicio a esperar que mejorara la cosa.
El tiempo no cambió, los conductores que venían de Malargüe nos dijeron que allá estaba diluviando y por la radio anunciaban mal tiempo a lo largo de todo el fin de semana! Empezamos a replantearnos nuestro futuro, y al final sucumbimos al viento, dando media vuelta y dejandonos empujar por él 40km hasta la Villa 25 de Mayo, el pueblo más cercano después de El Nihuil. Y acá estamos, a 180km de Malargüe y esperando a que el tiempo nos conceda una tregua... Pero bueno, hemos conocido un nuevo lugar, los duenos del camping son bien buena onda, y por fin hemos conseguido Internet para comunicarnos. Solo queda esperar a ver qué nos deparan los próximos días, porque está visto que más allá de los planes, a veces uno no tiene más remedio que dejarse llevar por las circunstancias.
2 comentarios:
Oh lala!!!
Que bonito!!! Que pasada de viaje! Y que bien que os encontreis con gente buena! A disfrutar mucho! Gracias por los relatos y las fotos, just perfect!
Grosses Bisous!
Marta
Precisament això és lo bò d'aquest viatge, lluny de la pressió imposada, les circumstàncies són les que us guien. Deixeu-vos portar.
Abraçades.
Mum
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