11 de noviembre de 2008

Autentica 100%

Aqui estamos de vuelta!! Y esta vez si que hay que decir que es por suerte...
Ya eran tres días en Coyhaique cuando la llúvia tuvo un momento de distracción que aprovechamos para mandarnos de una a la carretera. Ese día nuestro objetivo era pasar el cerro Castillo, el puerto más alto que tendríamos que pasar en la Carretera Austral. Pasamos un lindo tramo de llanuras verdes y montañas de mil formas, y al cabo de dos a o tres horas de bicicleta seguíamos con nuestro objetivo claro, pero ya empapados hasta los huesos. "Bueno - nos dijimos- ya estamos mojados y en plena ruta, aprovechemos y pasemos de largo el cerro, total, ya no va a ser peor" Ja! Cada vez subíamos más y la lluvia se fue haciendo granizo, el granizo se hizo agua-nieve, y finalmente llegó la nieve (el viento, evidentemente, no podía faltar en la fiesta). Y así, mojados, granizados y nevados, llegamos a la primera bajada, que puso la guinda al pastel con el frío.



Saliendo de Coyhaique

Por suerte encontramos una casilla abandonada con un lindo porche y para allá que nos fuimos. Armamos campamento entre temblores, y rápidamente empezamos a buscar la manera de entrar en calor: un caldito bien caliente, y a hacer fuego con un poco de leña seca que encontramos. Allí nos quedamos colgados, a 900mts, entre dos elevaciones, y al día siguiente nos levantamos con 15cms de nieve, el cielo de un denso color blanco, y la nevada todavía no terminaba. Imposible volver a la carretera, y nos daba miedo el hielo, más siendo que se nos venía en bajada la sugerente "Cuesta del Diablo".


Secando la ropa en el fuego (terminé con una zapatilla y la alforja quemadas) /La primera nevada del viaje

A la mañana siguiente las rutas estaban medio limpias y al primer clarito que apareció en el cielo, cargamos las bicis y salimos disparados. Al final la bajada no fue tan diabólica y llegamos a Cerro Castillo disfrutando de los últimos quilómetros pavimentados de la Carretera Austral, entre prados verdes y bajo la cordillera nevada. Y vimos el sol!



Presentamos nuestro equipo de lluvia / Cuesta del Diablo

Allí hicimos repuesto de provisones y de vuelta a la ruta. Empezaba una nueva aventura, esta vez con el ripio, la subida y el viento en contra soplando con fuerza. Por suerte pronto nos internamos en el bosque, que nos ofreció reparo del viento. Decir que para entonces ya llovía de nuevo.
El camino nos llevó hasta la orillas del río Ibañez, que íbamos a remontar durante unos 25 o 30km. El río se abre paso po run amplísimo cañadón que nos expuso de nuevo al viento. Cada vez más llúvia, y más viento, hasta que nos dimos por vencidos y decidimos hacer campamento en un pinar.
Allí pasamos gran parte de la noche sin poder dormir con el repiqueteo de la llúvia, que por fin cesó de madrugada. Y a eso de las 6:30 nos despertó repentinamentre un fuerte estruendo. La llúvia y el viento habían aflojado las paredes de la montaña de donde estaba bajando un enorme pedrusco. Tardamos unos instantes en darnos cuenta de lo que pasaba, y entre eso y los nervios no fuimos capaces de salir de la carpa a tiempo. Cuando por fin abrimos la puerta, envez de la piedra llegaron a nosotros un montón de astillas, pues un pino gruesísimo había parado el golpe que de otra manera nos habríamos llevado nosotros. Con un tremendo susto encima, desmontamos todo y salimos de allí en un suspiro.



La piedra y el pino / Río Ibañez

Más o menos conscientes de que nos acabábamos de salvar de milagro emprendimos de nuevo el camino, por fin bajo la luz del sol. El viento fue suave por la mañana, y pronto nos alejamos del río y nos adentramos de nuevo en el bosque. Subimos un segundo puerto a 600mts, que todavía tenía nieve de la noche anterior, y por fin alcanzamos el río Murta, que nos llevó, con viento a favor, hasta el enorme lago General Carrera. El lago es enorme, azulísimo, está entre Chile y Argentina (la parte argentina se llama Lago Buenos Aires), y és el segundo más grande de Sudamérica. La carretera lo recorre todo por el oeste, y desde allí vimos perfecto sus islas, playas y acantilados, e incluso las olas rompiendo en las rocas (yo por un momento me sentí como en el Mediterráneo).



Lago General Carrera

Pasamos Puerto Murta y paramos a repostar en Río Tranquilo, a orillas del lago, donde estuvimos largo rato charlando con el amable dueño de la gasolinera (uno de esos pequeños grandes placeres de no tener límites de tiempo). Unos quilómetros más allá acampamos, extenuados por el largo día de pedaleo.
Y ayer fue el cumpleaños de Tomi (visto de cerca, con toda la barba crecida y lleno de mugre, tengo que decir que los 28 parecían pasarle factura... jeje)!!
Nos levantamos con ánimo de llegar a Cochrane, y poder tomarnos por fin un descanso. Por la mañana terminamos de recorrer el lago, que dejamos atrás con un poco de pesar, y emprendimos la subida hacia el lago Bertrand, donde nace el río Baker, que íbamos a seguir hasta Cochrane. Atravesamos una pequeña estepa y encontramos el lago enmedio de una vigoroso bosque surcado por mil arrollitos. Justo en el nacimiento del río nos tomamos un descansito para empaparnos un poco más del lugar antes de seguir adelante.



Dejando el lago atrás


El río Baker es muy caudaloso y largo, y ahora en la zona de Aysén, donde nos encontramos, se ha emprendido una ferviente lucha en contra de Endesa, que quiere construir represas a lo largo de este río e inundar (destruir) así parte de sus valles. Ojalá eso nunca suceda, y los paisajes que hemos disfrutado, con su flora y fauna, no acaben desapareciendo bajo el agua.



Río Baker

La ruta nos llevó por arriba del cañón del río, lo que fue duro pero a la vez gratificante por las vistas en picado que tuvimos del río. Y entonces de golpe desapareció el río, y el camino se enredó en unas subidas empinadísimas por las que recorrimos un largo tramo de estepa. En Chile uno ya cuenta con el sube-y-baja, pero ese tramo hasta Cochrane fue muy jodido. Yo creo que al final, más por no dejarlo a medias que por las fuerzas que nos quedaban, conseguimos llegar al pueblo, el verde también estaba de vuelta para entonces.



Cochrane

Aquí encontramos un lindo camping asequible y en pleno centro donde nos instalamos. Por fin una ducha!! (Creo que es la primera vez que nos duchamos en un baño con suelo blanco, fue muy impactante ver correr un denso juguillo marrón bajo los pies...)
Ya limpios e instalados, pudimos por fin celebrar el cumpleaños de Tomi, con una lujosa cena a base de arroz con marisco de lata, regado con Coca-cola y culminado con un buen pedazo de chocolate.
Y mañana... MÁS!!

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Sort que teniu l'univers de part vostra, quin susto!!!!!.
Els esforços valen la pena, tot el que ens feu veure és impresionant!!. Us admiro cada cop més, quina ruta més dura. I sort que ja no és hivern!!.
Una abraçada
Mum

L'ENCENALL dijo...

Mojados, granizados, nevados, enfriados, atacados por piedras gigantes, equipados para la lluvia (sin zapatos)je,je...
Las fotos son preciosas!! El esfuerzo para conseguirlas está fuera de las posibilidades del humano medio. Madre de dios!! en fin.. Un fuerte abrazo.
Lluisllu.
Felicidades Tomi!!

Anónimo dijo...

Feliz cumple otra vez Tomi !!!! Que lujo festejarlo con Berta en ese hermoso lujar.Disfruten pero pongan la carpa lejos de las laderas.Consejo de mama .Las fotos son increibles, son ambos sensibles artistas.Adelante ycuidense mucho.Los queremos, besos papa ymama.

Moody dijo...

Iepali! Vigilad!!!!! Que aún os quedan muchos quilómetros! Que fuertes sois, podeis contra a todo!
Que fotos más hermosaas... que viaje, alucinante!
Felicidades Tomi :P

Anónimo dijo...

Bertaaa i Tomii!! em sumo als comentaris, quines històries, encara em sembla increible que des de tan lluny ens pugueu fer arribar tanta emoció..les fotos són maquíssimes, amb lo qual no em puc ni imaginar com deu ser veure un paisatge com el que teniu davant,i encara més, viure'l, fer-lo vostre amb tot l'esforç..m'alegro que tot vagi bé, tingueu molta moltissima sort, des de l'altre punta del món algú més que també pensa en vosaltres..!gràcies per compartir-ho i, d'alguna manera, seguir aquí!
Y muchas felicidades Tomi!
Aina