Por más que estuvimos genial con nuestros anfitriones de Cobquecura, decidimos seguir viaje. Pasamos una linda última noche, charlando y comiendo papas fritas y chicharrones cocinados en una enorme marmita y fuego en el suelo. Al día siguiente en la casa todos iban a estar atareados, pues era el día en que se cobran las pensiones de jubilación y en el pueblo se hacía una enorme feria a la que asistían todos los campesinos de la zona para retirar su dinero y hacer las compras para el mes; y en ese día, como cada mes, nuestros anfitriones se dedicaban pasear por todo el pueblo con un carro vendiendo desayunos y almuerzos que preparan en casa. Así pues, nosotros los dejamos con sus tareas, nos despedimos y partimos siguiendo el mar.
Saliendo del pueblo (y antes de enfrentar la primera subida de día), paramos en lo que llaman la "Iglesia de piedra"; un enorme pedrusco en medio de la playa en el que se abrían varios pasos que daban acceso a una gran cavidad interior, una curiosa formación que ahora ya hemos visto que es muy común en esta zona.
Saliendo del pueblo (y antes de enfrentar la primera subida de día), paramos en lo que llaman la "Iglesia de piedra"; un enorme pedrusco en medio de la playa en el que se abrían varios pasos que daban acceso a una gran cavidad interior, una curiosa formación que ahora ya hemos visto que es muy común en esta zona.
Iglesia de Piedra
Tuvimos nuestra buena ración de sube-y-baja pero no nos podemos quejar, pues el camino estaba en buen estado y hasta tuvimos mucho más pavimento de lo que esperábamos! El paisaje fue muy lindo, con acantilados poblados de pinos que llegaban hasta el mar, y las olas rompiendo con fuerza contra las rocas.
Costa desde Constitución
Pasamos varios pueblos costeros, con sus mercados de marisco y pescado fresco, y después nos alejamos un poco de la playa. Tuvimos que recorrer kilómetros y kilómetros de plantaciones de pinos y eucaliptos que alimentan la industria de la celulosa, muy importante en esta zona, pero que para nosotros fue bastante aburrido.
Acampamos en la playa, cerquita ya de Constitución, y nos atrevimos por primera vez a mojarnos los pies en el mar... que frío! Y bueno, al día siguiente llegamos a la ciudad, donde por sorpresa nos enteramos de que había un camping y decidimos ir a echar un vistazo por si nos podíamos quedar. En realidad fue una suerte, porque el camino al camping, siguiendo la costa, fue hermoso, con enormes rocas que forman arcos y cuevas por la parte inferior, y en la superior anidan miles de aves marinas.
Playas de Constitución
Bueno, el camping resultó lindo, relativamente cerca de la ciudad y de precio accesible así que nos quedamos, y hay que decir que el dueño del camping no está mimando mucho... jeje. El centro de Constitución es chiquito, de calles estrechas y coloridas. Tuvimos una linda tarde de paseo y compras, y volvimos al camping bien cargados con un queso de campo (que está riquísimo), miel, chocolate y carne para un asadito!
Plaza de Armas (Constitución) / Camino costero (Constitución)
Y bueno, parece que mañana vamos a seguir viaje de nuevo. No sabíamos si ir otra vez hacia la cordillera o seguir por la costa, pero todavía estamos como niños con el mar y la playa y creo que todavía no los vamos a dejar. Próxima parada... Valparaíso! (si todo va bien)
Presentamos también nuestro potingue hiperenergético matutino (Composición: harina de trigo tostada, leche en polvo, azúcar y agua)
2 comentarios:
Qué feliz q me hace verte disfrutar de la vida así sucio roedor de las tinieblas. Te quiero mucho Tomi!
Franco
Hola Berta y Tomas!!!!El cmino que acompana al mar permanentemente es imperdible, y si el calor lo permite sigan asi!!!!Vemos que han conocido gente buena otra vez.Ahora sigamos viajando con ustedes hasta Valparaiso enorme ciudad....cuidense mucho Patricia y Hector, besos
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