8 de marzo de 2009

Disfrutando la playa

Por más que estuvimos genial con nuestros anfitriones de Cobquecura, decidimos seguir viaje. Pasamos una linda última noche, charlando y comiendo papas fritas y chicharrones cocinados en una enorme marmita y fuego en el suelo. Al día siguiente en la casa todos iban a estar atareados, pues era el día en que se cobran las pensiones de jubilación y en el pueblo se hacía una enorme feria a la que asistían todos los campesinos de la zona para retirar su dinero y hacer las compras para el mes; y en ese día, como cada mes, nuestros anfitriones se dedicaban pasear por todo el pueblo con un carro vendiendo desayunos y almuerzos que preparan en casa. Así pues, nosotros los dejamos con sus tareas, nos despedimos y partimos siguiendo el mar.

Saliendo del pueblo (y antes de enfrentar la primera subida de día), paramos en lo que llaman la "Iglesia de piedra"; un enorme pedrusco en medio de la playa en el que se abrían varios pasos que daban acceso a una gran cavidad interior, una curiosa formación que ahora ya hemos visto que es muy común en esta zona.


Iglesia de Piedra

Tuvimos nuestra buena ración de sube-y-baja pero no nos podemos quejar, pues el camino estaba en buen estado y hasta tuvimos mucho más pavimento de lo que esperábamos! El paisaje fue muy lindo, con acantilados poblados de pinos que llegaban hasta el mar, y las olas rompiendo con fuerza contra las rocas.


Costa desde Constitución

Pasamos varios pueblos costeros, con sus mercados de marisco y pescado fresco, y después nos alejamos un poco de la playa. Tuvimos que recorrer kilómetros y kilómetros de plantaciones de pinos y eucaliptos que alimentan la industria de la celulosa, muy importante en esta zona, pero que para nosotros fue bastante aburrido.

Acampamos en la playa, cerquita ya de Constitución, y nos atrevimos por primera vez a mojarnos los pies en el mar... que frío! Y bueno, al día siguiente llegamos a la ciudad, donde por sorpresa nos enteramos de que había un camping y decidimos ir a echar un vistazo por si nos podíamos quedar. En realidad fue una suerte, porque el camino al camping, siguiendo la costa, fue hermoso, con enormes rocas que forman arcos y cuevas por la parte inferior, y en la superior anidan miles de aves marinas.





Playas de Constitución
Bueno, el camping resultó lindo, relativamente cerca de la ciudad y de precio accesible así que nos quedamos, y hay que decir que el dueño del camping no está mimando mucho... jeje. El centro de Constitución es chiquito, de calles estrechas y coloridas. Tuvimos una linda tarde de paseo y compras, y volvimos al camping bien cargados con un queso de campo (que está riquísimo), miel, chocolate y carne para un asadito!

Plaza de Armas (Constitución) / Camino costero (Constitución)

Y bueno, parece que mañana vamos a seguir viaje de nuevo. No sabíamos si ir otra vez hacia la cordillera o seguir por la costa, pero todavía estamos como niños con el mar y la playa y creo que todavía no los vamos a dejar. Próxima parada... Valparaíso! (si todo va bien)
Presentamos también nuestro potingue hiperenergético matutino (Composición: harina de trigo tostada, leche en polvo, azúcar y agua)

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Qué feliz q me hace verte disfrutar de la vida así sucio roedor de las tinieblas. Te quiero mucho Tomi!

Franco

Anónimo dijo...

Hola Berta y Tomas!!!!El cmino que acompana al mar permanentemente es imperdible, y si el calor lo permite sigan asi!!!!Vemos que han conocido gente buena otra vez.Ahora sigamos viajando con ustedes hasta Valparaiso enorme ciudad....cuidense mucho Patricia y Hector, besos